No sé si debería haber sugerido este título, al fin y al cabo el mercado estaba cerrado. Mi mala costumbre de despertarme temprano me hizo tener un pie fuera de la habitación a la 7 y media de la mañana. Buen momento para el desayuno pero ¿dónde hacerlo? No me podía alejar mucho del centro o tenía que medir bien el tiempo para llegar a la cita que me llevaría a los mercados de la entrada anterior.
Fui andando hasta Convent Garden, donde se encuentra uno de los más conocidos y céntricos mercados de Londres. Me aventuré por las callejuelas en busca de un recuerdo que se difuminaba entre otros. Este era una tienda de tés cuyas pareces eran armarios de madera con cajones y, en cada cajón, podías abrir y oler el té hasta encontrar el que más te gustara. Recuerdo haber comprado té de chocolate hace unos 16 años. El chocolate puro, como es sabido, es amargo, por lo que la bebida resultante tenía que tener muy poca concentración para poder ser tomada; el azúcar no solucionaba la intensa amargura que trasmitía una infusión muy densa.
Paseando vi una tienda de quesos muy atractiva. Lástima que fuera mi segundo día. No podría tener el queso 2 días más en una habitación bastante caliente sin que apestara.
El recorrido, después de hecho, lo recomendaría. Hay un callejón, Neal's Yard, con mucho encanto por el que no pasaba nadie. Claro que serían las 8 y pico de la mañana. Una cafetería abierta y un sitio ideal para parar.
Finalmente llegué a Convent Garden. Estaban montando los puestos. Busqué un antiguo suministrador de calendarios y postales de La Casa del Cine pero ya no estaba allí. Tal vez se acordaran o tal vez no, tal vez fueran nuevos empleados, o se cambiaron de lugar o los barrió la crisis. Por nuestra parte dejamos de ser clientes suyos por la fuerte competencia de los grandes almacenes en España que ponen los precios prácticamente al precio que nos costaban como minoristas y que dan más acceso a nivel nacional al producto. Me da pena la agonía de las tiendas callejeras y la americanización del consumidor tendiendo a comprar en centros comerciales pero no hay nada que reclamar al cliente. Como consumidor veo las ventajas y, si puedo y no daña mi bolsillo, seguiré consumiendo en el pequeño comercio.
Traduzco al castellano: "En mayo de 1670, el rey Carlos II promulgó una licencia al cuarto conde de Bedford para el mantenimiento de un mercado en la plaza de Convent Garden cada día del año excepto domingos y Navidad, para la compra y venta de todo tipo de fruta, flores, raíces e hierbas. Durante los 3 siglos siguientes intercambiaba aquí el mayor mercado de fruta y verdura. En 1828, el sexto duque obtuvo poderes del parlamento para construir el edificio del mercado que fue techado en 1876. La propiedad permaneció en la familia Bedfor hasta 1918. Este bronce honra a todos aquellos hombres y mujeres que trajeron y vendieron productos frescos aquí que luego se distribuían por toda Inglaterra.
En una de las esquinas de la plaza me encontré con la London Marathon Store. No se ve bien pero tenía un reloj con la cuenta atrás hasta el inicio del próximo maratón de Londres. Rebecca, una amiga, va a correr el maratón con una ONG y está recaudando fondos. Si os sentís caritativos os dejo el link. Ella confía en la ONG, pues yo también http://www.virginmoneygiving.com/RebeccaFalvey