martes, 12 de diciembre de 2006

Mi viaje a Cáceres



Cuenta mi cuaderno

Este viaje ha nacido con mala estrella pero con luna llena. Dos días para no conseguir billete en RENFE y uno para saltar de estación en estación de autobús y que, un viaje de 600 kilómetros, me cueste llegar 11 horas por lo menos. Zaragoza-Madrid 7:45 - 12:15 - 12€ Madrid-Cáceres con vuelta 31.95€, salida a las 14:00 y llegada a las, esperemos, 18:00 Metro Conde Casal- Metro Avenida América 1€ Del viaje nada que destacar. El hombre a mi lado cuando roncaba parecía sorber mocos, y a este desagradable detalle unía su continua queja a la falta de inteligencia de unos chavalillos de no más de 18 años. Vuelvo a la estación. En los asientos junto a los andenes viajeros, abrigados, tranquilos, comunes al fin y al cabo en su peculiaridades. Una gama de colores tostados domina los abrigos, con algún negro y ocre. El cartel tiendas es el que más me llama la atención; sigues la flecha y te topas con expendedores automáticos, un bar cerrado y una papelería que sabes que en algún tiempo lo debió ser porque pone prensa sobre la puerta empapelada. Los viajeros comunes, tranquilos, abrigados, permanecen en sus asientos demostrando que esto les da igual. Alguno se levanta, otro saca un bocadillo. Miradas cansinas y alguna conversación en rumano. Sobre mi viaje... no sé lo que estoy haciendo.Nada busco luego nada he de traerme. Quiero conocer mundo, vida, cultura y quiero ser una vez más yo mismo, el que reclama que su casa es el mundo y quiere conocer todas sus habitaciones. Quiero ver si es verdad lo que leo día a día y entenderlo mejor cuando me lo cuentan.

Aquí hay un parón y pasa una noche así que empiezo a contar.

Por una parte decir que intenté llamar a la RENFE para conseguir un viaje de tren. No podía ser por pedirlo con menos de 24 horas. Luego voy a la Web: primero que me tenía que dar de alta, luego que no se pueden reservar billetes con más de un tren en el trayecto, luego que no me aceptaba el número de mastercard... Finalmente, hastiado de tanto despropósito, fui a la estación. Me dieron el número 430 y la fila iba por el 320. Estuve esperando una hora, la cual aproveché para escribir una nota en la hoja de reclamaciones. No me harán caso, pero habrán perdido un cliente. Ni que decir tiene que abandoné la estación sin billete.

Vine en el autobús con Mme.Rubio, quien se fue a vivir a Francia con su marido, trabajador de AirFrance. Tuve una charla muy interesante sobre la situación de Francia en cuanto a inmigración, impuestos, estilo de vida, la traición, el trabajo, la vivienda, emigración y sentimientos. Tal vez refleje algunos de los pensamientos que comentamos entre ella y yo más adelante.

No reconocí a Rocío hasta que di un segundo vistazo más allá de la dársena. Sus ojos eran los mismos que recordaba, con su mirada directa y sincera, su seductora sonrisa no estaba aterada por el frío y la prisa por salir de ahí junto al nerviosismo por el encuentro me hizo olvidar el confirmar la vuelta en el domingo en que se acababa el puente.

Salimos ya de noche de la biblioteca y empecé a conocer a la gente del pueblo. Hay para todo como en botica. En cualquier caso tuve que afinar mucho el oído para coger la pronunciación a la que tan poco acostumbrado estoy. Alejo, Alejo y Alejo; María, Sole y Ro. Un gran concierto para mi escasa memoria de lírica española, entre un Ribera del 2003 y un Mosel del 2002 acompañadas de pizzas del Carreflus. La noche se alargó en la discoteca del pueblo, donde el hermano de Alejo me contó que su novia es de Zaragoza, que había estado para El Pilar... Otra historia que ha de acabar en emigración, y lo peor es que no será ni hacia aquí ni hacia allá, que casi todos tenemos que morir al palo de Madrid, Barcelona o Valencia que es donde hay verdadero trabajo.

He intentado poner la foto del arco de la Estrella aquí, pero me sale en la parte superior del blog, así que me perdonareis que esto no sepa editarlo todavía, o tal vez no se puede. En cualquier caso lo que veis arriba es el aljibe más grande de... bueno, más grande. No está activo porque llovía justo en aquel momento y no cayó ni una gota. Forma parte del Museo de Cáceres, de entrada gratuíta, donde se puede ver además una antesala con piezas de arqueología. Cuenta mi anfitriona que jamás había visto fila para entrar aquí, y además tienes que ir esperando en las antesalas guiado por trabajadores del museo. en una de estas antesalas, contrastando con las piedras romanas, un autógrafo de un actor de Kabuki. Chico, me dejó estupefacto. Cáceres es especialmente afortunada porque dentro de su casco urbano hay una cueva con pinturas rupestres, Maltravieso, que si bien no me dijeron que se pudiera visitar, sí que hay piezas en el Museo para su interpretación.
Lo tarde que me levanté (el viaje y las copas fueron demoledoras) me dio el tiempo justo para ver la exposición NOSOTROS, un recorrido de la historia extremeña através de sus piezas de arte. La exposición era un desatino. Para la riqueza que tiene Extremadura, la cronología inversa (del siglo XX hacia atrás) dejaba frío y terminabas con la sensación de que Extremadura era pobre en todo. No sé cuantas prevendas habrá tenido que pagar la Caja de Extremadura (a la sazón, la organizadora del evento) pero me dejó decepcionado. Rocío, si lees esto, añade en las notas el verso y la frase que te impactaron.

No pude ver San Mateo, ni la Concatedral de Santa María... todo cerrado y eso que había turistas a cientos. Al menos sí que recomendaré al viajero con tiempo el subir a la Virgen de la Montaña. Hay una vista preciosa de la ciudad con El Casar al fondo. Me contaron que encontraron una Virgen en aquel paraje, aunque también he leído de un hermitaño que se situó allí en busca del lugar perfecto para adorar a María. Da igual, hay que ir. La Virgen de la Montaña y San Jorge son los patronos de la ciudad, hombre y mujer como en Zaragoza (la Virgen del Pilar y San Valero)
Como detalle, junto a la Concatedral, si mi memoria no me falla, hay una estatua de San Pedro de Alcántara hecha con la cara del propio escultor. Otra cosa para el anecdotario es que el día de San Jorge sacan el pendón de ese mismo santo, que es una tela bordada con un castillo y una especie de guerrero. Una de las telas más antiguas conocidas de la España medieval.

De ahí fuimos a comer. Estaba todo imposible. Finalmente, fuera del casco antiguo fuimos a El Puchero (hay varios) se come bien pero no recomiendo las berenjenas. Me pusieron un Monasterio Tentu del 2004 que mejor para acompañar carnes, con una no excelente factura pero agradable acompañando.

Este es un momento clave en el viaje. Macu se une a nosotros tras la siesta y me vi acompañado por dos mujeres impresionantes. A partir de aquí, nada podía salir mal, pero como lo más destacado es Elvas, voy a dedicar otro apartado diferente del blog a esto.

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