miércoles, 18 de mayo de 2011

De Cancún a Maya World

Tengo visita el próximo viernes y durará casi 3 semanas, así que voy a ir lento en esta primera parte con mis comentarios. Por otra parte también iré lento porque voy a intentar buscar material gráfico en la red. Me he dado cuenta que mi cámara ha desaparecido de un bolsillo de la mochila junto con un neceser. Ambos salieron de la capital de México pero nunca llegaron.
Ahora nos situaremos después de la entrada del día 12. Ese día hablé con Walter, un mejicano que dormía en la misma habitación que yo y que andaba por ahí entre vacaciones y un contacto que no me quedó muy claro, la cosa es que, al parecer, nunca había ido a Chichen Itzá a pesar de haber ido varias veces a Cancún. Le propuse venir conmigo. La idea era ir al aeropuerto, del aeropuerto a Cobá y de ahí a Chichen Itzá.

El objetivo principal de este día cumplido.
Mi maleta no estaba y dejé dicho que me la mandaran al aeropuerto de Mérida. No podía esperar más. Tal vez podría haber hecho Cobá y Tulum y esperar otro día pero empezaba a ser demasiado demorar planes.



Salimos del aeropuerto y, bajo las instrucciones de un señor del allí fuimos dirección Tulum y, enseguida, apareció una carretera de cuota hacia Mérida y Valladolid. Parecía la carretera justa. Había quedado con Walter que llenaría el depósito nada más salir del aeropuerto pero no hubo opción antes de entrar en la carretera de cuota. En el mapa ponía que, saliendo a la izquierda habría opción de ir a Cobá. Ni una salida. Ni una gasolinera. 150 kilómetros sin ninguna otra opción que seguir atravesando la selva. 37 grados. Al final llegamos al lugar donde pagar la cuota. 233$ hasta el peaje más 57$ hasta Piste.  Fue el momento en que descubrí que Carretera Cuota es el equivalente de autopista.

A la salida del puesto de cuota paramos en un punto de información de Chichen Itzá. Nos dieron bastantes detalles y, por un precio razonable, acceso a las ruinas y buffet libre en el pueblo de Piste. Si vas por tu cuenta e ignoras estos puestos (hay más de uno) no pasa nada. La verdad es que el hambre y las pocas ganas de decidir dónde comer he hicieron decantarme por esta opción. La entrada a Chichen Itzá cuesta 51 pesos y me han dicho que cobran aparcamiento, cosa que tenía cubierta con la aceptación de esa oferta.

Primera vista de la pirámide.
Sobre estas ruinas no voy a pararme en la descripción exhaustiva. Probablemente son las ruinas mejor reconstruidas y estudiadas de todo México. A eso añadir el aval publicitario de una de las nuevas maravillas del mundo. Nosotros llegamos a eso de las 3. Todo el sol pegando fuerte y mi sombrero de paja indonesa en la mochila perdida. Al final me compré uno nuevo. Ya preparado con bien de agua se puede disfrutar de la visita.


La pirámide es impresionante. Además de ser la primera, que siempre impresiona más, todo lo que conlleva de matemáticas, astronomía, arquitectura... En el equinoccio las escaleras forman una sombra de serpiente que representa a su dios Kukulkán o Quetzalcoált. El segundo nombre me llamó la atención al conocer el pájaro Quetzal. Al preguntar me dijeron que era la composición de las palabras mayas pluma y serpiente. La serpiente emplumada caída del cielo, los rayos de sol cuando cierras los ojos después de haber mirado directamente el orbe, esa luz poderosa que en Yucatán todo lo puede, omnipresente donde vayas.
Caminando entre templos.
La hierba bien cortada y no había mosquitos. Daban ganas de sentarse.
Luego fuimos al cenote sagrado. Ahí el agua estaba verde y los sonidos de los pájaros en una cueva tan amplia multiplicaba sus ecos dando una sensación real de selva. En el cenote sí había mosquitos. Solo una cuarta parte de la boca del cenote que tiene una pequeña construcción no accesible estaba disponible para que nos aproximáramos. Luego vería en un museo una ofrenda de este cenote.
Vista del cenote. No paré de matar mosquitos y mi loción antimosquitos en la mochila perdida. Debí hacer caso a Lucía y comprarla allí.
 
Camino del templo. Casi me gustó más que el templo de Kukulcán.

Tallas visibles en las columnas del templo de los jaguares y las águilas.
El tiempo pasaba y había que moverse rápido. Las distancias eran más largas de lo que parecía sobre el mapa y cerraban a las 5. Fui hacia el templo de los jaguares y las águilas que también pudo ser un mercado, me decían. De ahí al juego de pelota, el caracol y al observatorio. El observatorio ya se salía del mapa de la guía trotamundos y no pudimos más que ver un poco porque estaba cerrado para permitir a un equipo de una televisión nipona hacer un reportaje. Cerrando aquello no nos quedó otra que volver al coche y de ahí a Valladolid.

En la tumba del Gran Sacerdote. Cuando la cabeza de un hombre salía de la boca de una serpiente significaba que una época había acabado y se renovaba con una nueva. ¿Y si sale el hombre entero como en la foto?
Estaba en plena inmersión en el mundo maya. Tanto es así como quien se va a Disneyworld para entrar en el mundo norteamericano. Todo plagado de puestos de venta y de turistas. Y yo entre ellos. Mi sombrero, mi bañador de flores rojo recién comprado y mi color de piel ligeramente colorado. Por fortuna esto es otra cosa. Somos los turistas los que al final hemos hecho que no se pueda subir a lo alto de la pirámide. Porque los turistas no podemos evitar subir a todo lo que nos dejan aunque sea peligroso. Había gente sin agua, de edad avanzada, sin protección solar... al menos si hay que sacarnos tras una lipotimia, que sea desde el llano, que es más fácil.

Esta guía con rasgos orientales y tan llamativa me la encontré en varios templos
De esa masa de turistas sólo unos pocos volvimos por la noche a ver el espectáculo nocturno. Con la misma entrada se puede ver un espectáculo de luces que va iluminando los edificios mientras cuentan una historia posible del lugar. El espectáculo merece la pena. Fuimos y volvimos a Valladolid pero fuimos testigos de una simulación del equinoccio y todos esos efectos visuales que dan más riqueza a las ruinas. Además no seríamos más de un centenar los que, sentados, vimos aquello. De los 4000 visitantes diarios de media apenas un centenar. Me alegro de haber tenido este momento más tranquilo, reposado y edificante con los monumentos de aquella esplanada. Os recomiendo no perdéroslo si algún día vais.

Mi compañero mostrando una cara con lengua bífida. A un guía le escuché decir que si era un dios bebiendo sangre... cuidado con los guías.

domingo, 8 de mayo de 2011

Algunos carteles en Méjico

Quizás no es la entrada que esperabais, pero hay que empezar por algún sitio y hay mucho que contar.
Una de las razones por las que he echado de menos la cámara de fotos o el cargador han sido los carteles de advertencia en Méjico. Hay muchos detalles que hacía graciosos algunos desde el punto de vista de un europeo. El uso de la s en lugar de la z era uso común al escribir como suena para ellos. No se daba lugar a confusión por el contexto, pero no por ello me dejaban de llamar la atención.

La primera confusión la tuve en el aeropuerto mientras esperaba mi maleta. En un bar vendían una bebida llamada mocha. Acostumbrado a descubrir cosas por ahí, pedí mocha y resultó ser moca, osea, un cafecito con su espuma. No sé si será típico escribirlo así pero no me encontré de nuevo con este detalle, si bien no pedí demasiados cafés.

Uno que sí me resultó gracioso. Estaba visitando unas ruinas mayas y, tras ver el museo adjunto fui al servicio. Dentro había un cartel que decía "Demuestra tu cultura, no tires el papel al baño". No sé el tipo de tuberías que tienen en Méjico pero es costumbre tirar el papel higiénico a la papelera y no a la taza. No parece muy favorable para la desaparición de olores pero, para ser sincero, o me acostumbré, o no es tanto el efecto, o son lo suficientemente limpios para recoger la papelera con una cadencia suficiente como para que no sea un problema.

En Querétaro, detrás del ayuntamiento y cerca de la delegación de turismo vi dos palas rojas colgadas de la pared. El cartel rezaba: "Úsese con arena en caso de incendio". No recuerdo ver arena pero tengo que reconocer que como extintor de incendios es bastante efectivo si se usa bien.

Otro cartel sobre el que volveré a hablar es el de las autopistas. Una autopista será una carretera de cuota y una sin pago será libre. El segundo día iba con un mejicano en el coche que no me explicó este pequeño detalle e hicimos 161 kilómetros sin salidas a pueblos ni gasolineras. A poco no llegamos, pero creo que es el único tramo tan largo sin gasolineras que he visto.

También cuando hable del tráfico volveré sobre la señal de UNO. La señal de UNO es un stop con UNO escrito en medio. Significa que dejes pasar al peatón y luego pase un vehículo de cada calle. Mucho mejor que un stop normal a mi parecer porque así todo el mundo avanza.

En la calle 5 de mayo de la capital encontré uno de esos carteles de tiendas originales y que, por obra y gracia de Google Street Viewer voy a poner aquí.


Ver mapa más grande

El último que voy a añadir hoy es el de sismos. En todos los hoteles hay instrucciones sobre cómo actuar en caso de sismos. No es para alarmarse. Casi es de agradecer que lo pongan porque no recuerdo haber visto tantos carteles cuando visité Indonesia, y no está nada mal estar informado.

¿Porqué empezar con los carteles? Pues porque me acordé de los carteles de sismos al ver una publicidad que nos han enviado a Amberes en caso de alarma nuclear como consecuencia de lo ocurrido en Japón.

Tengo en mis manos los panfletos, donde un hombre con unas gafas de papel y revestido de papel de aluminio se pregunta ¿Qué debo hacer en caso de desastre nuclear?
Uno parece como más general. Empieza preguntándose si la radioactividad es peligrosa. La respuesta lógica en estos casos "La radioactividad forma parte de nuestra vida" comienza el texto "Nuestros cuerpos están expuestos diariamente a la radiación de la tierra y el universo". Sigue en esa línea toda la respuesta sin contestar a su propia pregunta. Seguidamente muestra los sitios que están cerca de alguna central nuclear. En Bélgica hay 4 centrales. Las poblaciones son Doel, Mol-Dessel, Fleurus y Tihange. A parte de estas, en caso de problemas hay otras limítrofes, una en Francia, en Chooz y otra en Holanda, en Borssele. Hay que pensar que para desarrollarse un país tan pequeño sin grandes recursos ya que las cuencas de carbón están en declive, había que generar energía. Este primer panfleto acaba preguntando ¿Qué hace el gobierno? y separa 5 puntos
  • Advertir a la población (después de lo sucedido en Japón)
  • Recomendar ponerse a cubierto (no se me ocurre otra traducción de Aanbevelen om te schuilen)
  • Asegurar el suministro de alimentos.
  • Recomendar la ingesta de pastillas de yodo. 
  • Coordinar la situación de crisis.
El segundo ya parece específico para Amberes y la central nuclear de Doel, pero en realidad es casi tan genérico como el anterior. Aún así hay notas interesantes.
  • Métase en casa y escuche los medios de comunicación.
  • Cierre puertas y ventanas.
  • No llame si no es urgente.
  • Deje los niños en la escuela.
  • Es posible que se haya decidido pasar a la evacuación, pero esto sucede sólo si se puede proceder. Sería peligroso evacuar cuando uno está en una nube radioactiva.
  • Para protegerle el gobierno puede recomendar la ingesta de yodo.
Hay una parrafada sobre los efectos de las pastillas de yodo. Para conseguirlas escuche la radio y la televisión. También hacen referencia a ir a la farmacia y pedirlas si se es un particular o ir al sitio www.nucleairrisico.be si se es una asociación. Las pastillas de yodo, añaden, tienen una caducidad a los 10 años con la debida conservación.

Al menos reaccionaron e informaron a la población.

A fecha 12 de abril del 2012 edito esta entrada para añadir un link de una ex compi de trabajo que se encuentra ahora en Alaska. Espero que este PDF dure, porque está bastante bien hecho y habla sobre los terremotos en aquella zona.

http://www.aeic.alaska.edu/html_docs/pdf_files/eqprepare.pdf

A pesar de tener amistades en Indonesia, de momento no puedo añadir ningún artículo similar de ese país.