lunes, 22 de diciembre de 2008

Otra vez sin gobierno

Ante el comentario hecho la semana pasada, no podía por menos que intentar explicar lo que está pasando por estas tierras. La cosa es bastante compleja o sencilla, pero necesita muchos precedentes para entenderla en su plenitud. De hecho el otro día, paseando por una librería con algún conocido belga vimos un libro y empezó a escojonarse : "Política para tontos"

Hace mucho que no escribía algo largo. Como no he hecho muchos comentarios de política se han acumulado tantas cosas que al final ha estallado en este pedazo de comentario para quienes tengan paciencia.

La cosa es que en este pedacito de tierra más pequeño que Aragón y que se extiende entre el canal de la mancha (ellos llaman mar del norte) y Luxemburgo el actual o previo primer ministro ha presentado la dimisión por cuarta vez desde que formó gobierno en junio del 2007. No sabemos muy bien porqué se empeña en dimitir, aunque alguno ha pensado que es para homenajear a cada una de las 4 atletas belgas de élite que se han retirado este año. Por suerte para los belgas, ya no les quedan atletas de élite.

Así que los pobres belgas ahora subsisten los los otros 6 gobiernos restantes, los regionales de Flandes, Bruselas y Valonia y los lingüísticos flamenco, francófono y germanoparlante.

Al menos el rey no ha abdicado... todavía... Quien sabe, ser belga es un estado variable... tal vez ahora salgamos de la OTAN y de la Unión Europea que tienen sus sedes en este territorio para alcanzar un verdadero nivel de surrealismo realista.

Pero vamos a lo que importa ¿A quién hacemos responsable?
Leterme, el presidente, se presentó a la presidencia con el Cartel de los separatistas NVA (un puntito soberbios cuando no xenófobos) a unas elecciones nacionales. No es ilógico, es Bélgica. Alcanza la cifra record de 800.000 votos, con lo que espera mandar. 18 meses más tarde no lo ha hecho y probablemente no lo hará. El NVA tras insultar a todo hijo de vecino abandona la alianza a mediados del 2008, lo que debería haber propiciado unas conversaciones adultas entre las fronteras lingüísticas en lugar de dejar todo en suspenso, método tradicional belga.

La palabra negociaciones tal vez tenga algún tipo de traducción equivocada al flamenco a nivel político pero no suele sigificar "estás de acuerdo o te lo impondremos", tampoco la palabra democracia aliándose al Vlaams Belang y otros partidos extremistas para imponer tu propia democracia va a crear unas bases sólidas.

Entonces aparece el problema de Bruxelles/Hal/Vilvoorde. La existencia de estas 3 poblaciones fue ilegalizada por una circular que decía que los habitantes de Hal y Vilvoorde (ambas en la parte flamenca) las cuales eran benefactoras de derechos lingüísticos, van a dejar de tenerlos. La minoría francófona, que es mayoría en algunas circunscripciones de Hal y Vilvoorde, no está contenta y solicita la separación de Flandes. Esto se empeoró con otra norma local flamenca que impide mandar la solicitud de voto en cualquier otro idioma que no sea flamenco, por lo que curiosamente el voto de 3 alcaldes serían ilegales técnicamente. Lo peor es que nadie ha dado con una solución realista. La intransigencia imponiendo normativas propias a las minorías da una imagen horrorosa de Flandes que no les importa a los flamencos. Hay denuncias puestas contra Bélgica por atacar los derechos humanos.

La campaña contra el FDF (parte del liberal MR, cuyo objetivo principal es proteger los derechos de los francófonos) no tiene mucho sentido ya que ni está en el gobierno ni tiene mucho peso a nivel nacional, pero está bien crear un enemigo común para que los flamencos se sientan unidos gracias a la intolerancia de sus políticos. El FDF defiende la autodeterminación sobre la soberanía territorial lo cual suena bastante radical, cosa lógica ya que a un fuerte radicalismo flamenco tiene que nacer una reacción sin medias tintas. No trato de defender el FDF ni decir que sea una maravillosa organización con fantásticos valores democráticos, pero al menos pongo a cada uno en su contexto.

En el sur el partido representativo es el PS. Vienen de un escándalo de corrupción interna, incapacidad de manejar presupuestos y falta de ideas. No es fácil retomar la confianza de un pueblo en esas condiciones. El norte vota contra los socialistas porque tienen la visión de que se trabaja en coaliciones familiares y así evitan coaliciones con el PS para obtener el poder como ya pasó anteriormente. El voto en el norte se está radicalizando y no parace haber marcha atrás. Con la extrema derecha Vlaams Belang, el simplón y populista De Decker y en anteriormente mencionado NVA, no hay partido en el sur con quien puedan conversar, y a más votantes tengan, Bélgica se hará menos gobernable.

Cuando llegué a Bélgica me dijeron que los partidos de centro todavía eran Católicos (al menos de nombe en el norte) y los espirituales en el sur, así que se quitan las ganas de votar al centro. No se puede votar al PS por la corrupción y abuso de poder en los años precedentes. Ahora con el escándalo del Fortis-BNP se demuestra que nada cambia y que da igual quien se sienta en el poder.

Resumiendo, BNP Paribas presionó al gobierno para que estos a su vez presionaran sobre los jueces quienes, una vez que esto ocurrió, presionaron al gobierno para que dimitiera. Tal vez sea su dinero pero cuando el sector privado negocia con el sector público belga los únicos posibles resultados son corrupción o fraude tal y como muestra la historia.

Al final solo quedan los verdes. Han sido los únicos coherentes. El MR, en lugar de aliarse con el FDF, ha sido moderado en los ayuntamientos y conciliador con las solicitudes flamencas, pero ni el Open-VLD en el norte o el MR han tomado iniciativas. en parte porque el OPEN-VLD siente su posición de oposición trans las elecciones y prefiere ver el CD&V de Leterme denostado por los errores.

Bélgica se enfrenta a problemas globales, crisis financiera, calentamiento global, incremento del paro y cambio de la balanza del sistema de seguridad social. Bélgica necesita políticos y partidos adultos pero nadie propone soluciones conjuntas norte-sur, si no que alimentan estas diferencias. No hay políticos de altura que lleven a una aproximación real a los problemas. Tienen en Bruselas un ejemplo de cohabitación y cooperación internacional en el que no se fijan. Algunos flamencos claman que Bruselas es flamenca cuando hay un 85 % de francófonos, y están encantados con despreciar las minorías de Hal y Vilvoorde. En el sur reclaman Bruselas como propia por su lengua, sin atender a razones históricas.

He incluído lo del calentamiento global especialmente porque el otro día vi un artículo en el que España compraba cuota de emisión de CO2 a Polonia, al igual que hace Bélgica, para cumplir los acuerdos de Kyoto. Al menos la balanza comercial belga está equilibrada dentro de todo este jaleo.


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