lunes, 8 de junio de 2009

A veces impresentable

Creo que nos pasa a todos un poco, pero yo me siento especialmente impresentable entre el 15 y el 21 de abril y el 2 y 21 de junio. Todo esto porque me lío con los cumpleaños.

Entre los días 2 y 6 cumplen años Carlos, Noelia y Isabel. El primero fue una de las pocas personas que salvo entre todas los que llegué a conocer en la Universidad. Empresariales está llena de hipocresía, pero Carlos es un gran tipo que vive ahora en Pamplona, trabaja en la policía foral y la última vez que supe de él me invitaba a su boda.
Noelia... el primer amor verdadero. Fue uno de esos amores románticos en los que la propia vida te importa menos que saber que ella está bien. Un poquito menos de amor propio y me podía haber sucedido cualquier muerte trágica simplemente por no tener ni un beso de ella. A veces creo que está bien matar el romanticismo sobretodo cuando te lleva a la locura, aunque esta sea la más bella de las locuras.
Isabel, la relación más tortuosa que he vivido. Encuentros y desencuentros, amores y odios, toma y daca, querer y no poder. Seguramente ahora se estará recuperando porque no escribí unas pocas palabras para felicitarle y mi arrepentimiento es a posteriori.
El día 7 no felicité a Lorena. Una intensa relación. En poco tiempo llegamos a una íntima amistad que no fue capaz de hacerme despertar del sofá. El domingo, su cumpleaños, me levantaba a las 10 (poco usual en mi) y tuve que echarme siesta entre las 15:30 y las 19:30. Luego dormí sin problemas, por lo que creo que algo enfermo estaba con tanto aire acondicionado.

Ahora vienen los cumpleaños de otra docena de personas. Manolo Morán (quien viene a visitarme en agosto de momento), Richy Olles, que me ha sacado de algún caso apurado en el curro, Sonsoles de quien creo que ya ha aparecido en alguna entrada, Ana que no sé si andará en Zaragoza o en Bremen... Total, que parece que me voy juntando con un montón de gente que nace estos días.

Tanto es así que el sábado fui a Essen, a la casa de un compañero de trabajo, quien celebraba su 50 cumpleaños acompañado de botellas de Rioja y Penedés. ¡Qué envidiable bodega! Me mostró un vino que me hizo reír: un Campo Viejo del 1973, del año que nací yo. El día 11 será el cumpleaños de ambos y, al menos de este compañero, no tengo duda sobre la fecha ni creo que se me pase felicitarle.

2 comentarios:

Chafan dijo...

Yo soy malísima para las fechas, espero que no se me olvide el día 12...

Correcaminos dijo...

Pues yo me planto en el aeropuerto hasta que se haga la media noche.