martes, 6 de mayo de 2014

Últimas horas en Macao (Macao V)

Bajando la calle desde el Teatro, en la misma manzana si no recuerdo mal se encuentra la iglesia de San Lorenzo. Originalmente construída por los jesuítas antes de 1560, es una de las iglesias más antiguas de Macao. El edificio hoy en día es el resultado de los trabajos llevados a cabo en 1846 siguiendo el proyecto del arquitecto local Tomás d'Aquino. Antes de la contrucción de la bahía de Praia Grande el edificio estaba afachado a la orilla del río y los familiares de pescadores portugueses solían esperar en la escalinata de la iglesia su regreso a salvo, razón por la que esta iglesia se hace llamar "Feng Shun Tong" en chino, lo que significa algo así como el salón de los vientos suaves. La iglesia de San Lorenzo es un edificio neoclásico y tiene unas cristaleras poco usuales en la zona.
También cerrado pasé por el seminario de San José. Junto al colegio de San Pablo eran los lugares de formación para los misioneros jesuítas destinados a China y Japón. Las dos curiosidades más importantes, a parte de la histórica, es que es uno de los pocos restos de barroco en Asia y que tiene un pedazo de hueso del brazo del español San Francisco Javier.

Parroquia de Sao Lourenço de Macau
Tenía otra foto pero por la historia de las escaleras he decidido dejar esta foto de la Iglesia de San Lorenzo de Macao.
De ahí al templo de A-Má también llamado Tin Hou. Empezaba a anochecer. Eran casi las 6 de la tarde, hora en la que cierran la entrada a todos los sitios turísticos y me advertían de que apenas quedaban 10 minutos. Cámara en mano salí disparado a captar lo que pudiera pero era demasiado. La gente bajaba las escaleras de la colina y había pequeños y grandes detalles en las rocas que recordaban deidades o suponían altares. El último de los guardas que cerraba a la gente me paró a medio camino de la cumbre y tuve que asumir que este sitio queda pendiente para otra visita.

Entrada lateral del templo con ofrendas

Entrada principal. El templo uncluye el conjunto de capillas a lo largo del camino entre las piedras visibles.

Y aquí es donde me pararon. Desde la entrada parecía más pequeño ¿no?
Ahí el mapita del templo. Muchos pasillos que recorrer para tan poco tiempo.
Es una de mis fotos favoritas de todos los tiempos.

Las farolas ya me daban la alarma y mi tiempo se terminaba. Miro el mapa y aún tenía previstas un par de cosas más. De camino a la casa del mandarín pasaba por los barracones moros. Creo que no se pueden visitar pero es un edificio destacado. La inspiración islámica de la estructura en su parte superior procede probablemente de su uso primigenio. Este edificio fue ideado para acoger los refuerzos indios enviados desde Goa para formar parte de la policía de Macao. La base recuerda más  las fortificaciones europeas con el muro de piedra enladrillada.

Moorish Barracks, y corriendo cuesta arriba.

Mucha prisa pero frené en seco. Esto podría ser una plaza ibérica si no fuera porque está en Asia. Hasta el quiosko me evoca esa procedencia.

Finalmente llegué a la casa del mandarín. Cerrada. ¿Qué esperaba ver allí? Para ser sincero ni idea. Yo iba con la obsesión de conocer. Había leído que era una mansión de un comerciante y que se podía ver el espíritu de la ciudad. Luego leyendo, veo que el sitio tiene 20 casas dentro de diferentes estilos. Se puede ver la evolución histórica de la ciudad recorriendo su patio. Otra visita obligada para mi próxima visita.

Casa del mandarín. Cerrada.
Ya sólo quedaba un sitio en la lista y era la iglesia de Nuestra Señora de la Peña que, por supuesto, se encontraba en lo alto de una de las colinas de Macao. A seguir subiendo y probar suerte pero no la hubo. Por una parte la niebla impidió ver la ciudad de noche, con las luces de sus casinos y Hong Kong al fondo de la bahía. Por otra, como cabía esperar, la iglesia estaba cerrada.

Capela de Nossa Senhora da Penha, construída tras el intento holandés de hacerse con la ciudad.
Me senté en los bancos pero la humedad, el frío y el hambre no me dejaban descansar. Lo mejor sería buscar algo de comer. Más abajo la niebla no era tan intensa y se veían remeros entrenando en la bahía. Las luces del fondo señalaban la carretera a la isla de Taipa donde se encuentran los grandes casinos. Sin tanta niebla me senté y evalué las posibilidades. Todavía tenía que volver a Hong Kong a dormir y las colas para embarcar podían durar bastante. El servicio se acaba a media noche y cuando llegué a las 9 aún tuve que esperar media hora. Me dirigí más tranquilo hacia el centro para poder comer algo. Pensé en un restaurante pero empecé a ver los puestos callejeros con carnes dulces y picantes secas y tuve que picar.

Vegetales, pescados, carnes, hervidos, fritos... tapas chinas para todos los gustos.
De vuelta miré el mapa. Busqué la mejor ruta para ver los casinos del centro de la ciudad. Nada que ver con las luces de Hong Kong pero es un momento en que se aleja de las urbes europeas. La ciudad de noche cobra una nueva dimensión.


Los conquistadores portugueses tiene un hueco entre casinos.


¿Era este el casino de MGM? Con león y todo en la entrada.

Era entrar a un casino y el espectáculo empezaba en la misma puerta. Como sé que volveré, ni entré.

Bye Bye Macao. Hasta la próxima.

2 comentarios:

Lucia dijo...

Gran post Jorge, la verdad que es nosotros tenemos pensado visitar Macao cuando llevemos a Aurora a Disney Hong Kong :-)Te tendremos muy presente entonces. Un beso enorme desde mañolandia

Lucia dijo...

Gran post Jorge, la verdad es que tenemos pensado visitar Macao cuando llevemos a Aurora a Disney Hong Kong, para lo cual aún nos quedan unos 4 ó 5 años por delante. Pero te tendremos muy presente entonces. Un beso enorme desde mañolandia.