sábado, 9 de febrero de 2008

Carnavales de Aalst / Alost

Y pensar que yo quería disfrazarme...

Salgo del trabajo un martes de carnaval y, teniendo el turno de 6 de la mañana a 2, decido irme a los carnavales de Aalst, que son los más conocidos de Flandes. Mi visita no iba precedida tan solo de intuición sino que todo mi entorno comentaba que eran los más famosos, la compañía ferroviaria belga había dispuesto trenes y precios especiales, y había aparecido un artículo en el Metro que decía que el gobierno flamenco había solicitado proteger esa fiesta como de interés cultural internacional (creo que la solicitud se hace en la UNESCO). En consecuencia pensé que iba a ser algo sensacional, excepcional... y por eso no me importa ir el último día de la fiesta, el martes de Carnaval, a un pueblo a unas 2 horas de donde vivo.

PARANOIA MATEMÁTICA.
En Bélgica existe otro carnaval famoso en la zona Valona. No recuerdo ahora el nombre.
Suponiendo que el gobierno valón hiciera la misma declaración con esta o con otra fiestas, que cada zona similar hiciera la solicitud de, pongamos, 2 fiestas representativas... 4 fiestas protegidas por organismos internacionales cada 30.000 Km2 Aragón tiene 47000Km2, o España 504000 lo que daría unas 65 fiestas protegidas internacionalmente, o a 4 por comunidad autónoma daría 68. Vamos que 2 meses de fiesta en fiesta de carácter internacional.

SIGO

El caso es que son unos 40' en tren y unos 7 euros el viaje desde Bruselas Norte.

Todo empezó a darme mala espina cuando nadie se subía disfrazado al tren. Los primeros en subir lo hacían a falta de 10 minutos para la llegada del tren, osea, en el pueblo inmediatamente anterior. Empezé a temerme lo peor.

No pasé allí más de dos horas. No sólo porque no me sentia cómodo con zapatos, pantalones y camisa del trabajo, sino porque aquello es infame. No puedes ir con algo que te tienes que poner al día siguiente, andando por el barro mezcla de tierra, agua, cerveza y meados por todas las calles. Por muy principal que fuera la calle, muchos de los asistentes meaban impúdicamente.
Tal vez se trate de vivir con libertad extrema esos días, pero a mi me pareció que era el gran festival anual del travestido. Llegué a la cabalgata de ese día y, por cada 10 hombres disfrazados, había una mujer. Eso ya no es normal, pero cuando TODOS los hombres se disfrazan de mujer y todas las mujeres de hortera o de fulana, algo no está bien. El grupo de japonesas era lo más orginal, el resto era solo extravagancia y horterismo.
El desfile consistía en grupos reducidos de gente que portaban un carrito de niño, un carrito de la compra y carritos creativos llenos de cerveza y, alguno, convertido en parrilla ambulante. Terminó el desfile y los participantes se metieron a los bares, a los camiones o a los autobuses o, algunos soportaban la lluvia con buena dosis de Jupiler.
Había, y tal vez eso fuera lo más característico, antiguos coches de bomberos, camiones y autobuses que hacían las veces de peñas. Acceso restringidísimo y bajo disfraz obligatorio o siendo rubia de bote.
Otra cosa que me llamó la atención fue la cantidad de lámparas que coronaban las pelucas de los participantes.
No bebí nada aunque vi en la zona alguna cerveza que no había probado, sin embargo me animé a probar bolletjes, que se parecían a los buñuelos y, oh sorpresa, eran buñuelos: pasta con mucha levadura y fritos en aceite.

Al final me quedo con la sensación casposa y con la casa rosa que hay en las fotos. Todo un alivio para un carnaval gris y sucio. Tal vez el desfile del domingo merezca la pena, pero, sinceramente, no vayáis en martes de carnaval salvo que esteis muy borrachos. Además lo del domingo es relativo, ya que las caravanas suelen ser satíricas con referencias políticas, y para disfrutarlas a tope algo hay que saber.


COROLARIO


Como mis incondicionales supondrán, no me quedé sólo con esta impresión, sino que investigué.
Estuve hablando con Ann, una habitante del pueblo de la cual no tengo foto. Me explicó que el mejor día es el domingo. El resto de días de carnaval son para borrachos de los alrrededores. Ni tan siquiera viene gente de lejos el resto de los días.
En referencia a tanto hombre vestido de mujer, me contó que hace unos 80 años (estamos en el 2008, así que sobre los años 20) la gente pobre que no tenía para comprarse un disfraz tenía un día especial, que es el martes, en el que se disfrazaban con las ropas de su mujer. Todo eso ha terminado en chabacanería lo que, en otros tiempos, no era sino el único medio que les quedaba para participar en una fiesta que aún tengo mis dudas de su larga existencia y su real valía como fiesta de carácter cultural protegible.


2 comentarios:

Correcaminos dijo...

Luego sigo metiendo fotos, que con el sol de cara no veo qué estoy haciendo

Anónimo dijo...

Muy interesante, y veo que esta vez sí que tuviste la cabecica de llevarte la cámara.

Saludos.