miércoles, 23 de marzo de 2011

A sufrir con el barro.

Las cuentas se me van... 2011, 2001 son 10 años, 1991 son 20... pues como 14 ó 15 años que no competía en una carrera de campo a través. Después de mucho gimnasio y viendo que tengo que aumentar el volumen de ejercicio, por fin iba a pisar el terreno, a avanzar en mis objetivos e iba a correr mi primera carrera en Bélgica.

Días antes reflexionaba sobre todo lo que hacía antes de correr. El día de antes se comía pasta. El mismo día se comía ligero. El día de antes no se entrenaba o se hacía trote suave... muchas cosas aprendidas de mis años como atleta que debía desempolvar. Recuerdos que afloraron como la medalla que tengo en casa del campeonato en Andorra, las carreras con el equipo de la Universidad de Hertfordshire... este iba a ser el cuarto país en el que corría.

El día empezó regular. Desayuné y vi las nubes. Tenía que parar la lluvia o eso iba a ser muy duro. Seguía mirando y parecía que, con cada mirada, las nubes se oscurecieran. Finalmente salí con el tranvía hacia Beveren, donde acontecía la carrera. El autobús de enlace llegó con 20 minutos de retraso, así que el calentamiento me parecía que lo iba a hacer entre el autobús y la salida. Añadir que pregunté en el autobús y se pusieron a discutir un hombre y una mujer sobre el mejor sitio para bajar; como era de esperar erré en la decisión y aún tuve que recorrer más terreno trotando.

Llegué al sitio. Un polideportivo con campos de todo pero nada indicado. Cuando llegaba a la recepción había otro hombre tan perdido como yo, lo cual me hizo pensar que no es que fuera tonto, pero claro, debían quedar como unos 10 minutos para empezar mi carrera. Seguí al hombre y se perdió entre los campos. Cuando se dio cuenta ya llevábamos los 10 minutos y los nervios casi habían agotado parte de esas energías necesarias. Al final seguimos trotando bajo la lluvia y con barro y llegamos al lugar. Aún faltaban 2 horas porque me habían dicho la hora de la competición infantil.

Corrieron los infantiles, los juveniles, las mujeres, los mayores y luego nuestro turno. El barro del camino estaba batido y a la lluvia se había juntado a esas horas del atardecer un viento helador. Creo que es la primera vez que he corrido con 2 camisetas puestas. La primera la mía y la segunda la del equipo. La competición era el campeonato regional de empresas y corría por HP. Esta vez corría en la categoría de más de 35 años. Me da la impresión de que ya no corro sólo contra mi físico si no también contra mi edad.

Empezó la carrera y noté la falta de abdominales desde el principio. No podía levantar las piernas entre el barro y la falta de energías para desplazar todo mi peso. Realmente había trozos donde me hundía y añoraba mis zapatillas de clavos a las que habría puesto un 12 en un día semejante. 6 kilómetros de agonía, de lucha contra mi mismo, porque no había nada que luchar con otros.

Ya en las duchas me pareció entender a uno que comentaba lo difícil de esta carrera en particular, la más dura del calendario. Volvió a ser un alivio, aunque tampoco me alegró.

El día aún fue más complicado. En algún momento del trayecto se me perdieron las llaves. Llegué a casa y no pude cambiarme las zapatillas embarradas, así que pasé todo el domingo dando vueltas por Bruselas con los pies que parecían préstamos de una estatua. Agradecidísimo a los amigos que me acogieron en Bruselas, fue una gran noche y un pequeño y grato descanso.

Ya de noche mi compañero de piso volvía de Amsterdam. Cambiar zapatillas, sacar toda la ropa mojada de la mochila y tumbarme en la cama. Fin de un largo fin de semana.

El único documento de la carrera que tengo es en PDF y no veo cómo colgarlo. Si se me ocurre lo pongo más adelante.

1 comentario:

Anónimo dijo...

me he reido con tu relato, parece un desproposito de dia, seguro que tu lo pasaste fatal, pero espero que pasadas ya unas semanas tengas humor para reirte de ese dia y que quede todo en una anectoda idiota. BESOTE