domingo, 3 de abril de 2011

Una experiencia religiosa

Hoy, domingo, día del señor, he sido invitado a un acto de oración. Recientemente fui invitado a otro de una iglesia protestante. En el segundo una conocida mía se iba a despedir de su parroquia para ir a las misiones. Sí, conozco a una persona que ha dejado un trabajo fijo, seguro y bien remunerado por irse a las misiones. Obviamente el concepto de lo que le llena la vida y el estómago para uno difiere a la de otros.

Ya quedó dicho pues que no asistí a un acto protestante. Creo que asistí a un acto católico, pero aún estoy pensando qué tipo de acto era.
Lo primero a saber, para mayor estupor de los presentes, es que el acto sería en una iglesia de habla portuguesa donde se juntaron gente de Brasil con una colombiana, que fue quien me invitó, y un belga que hablaba bien español y portugués. Tras una introducción por parte de una señora acompañada por canciones en las que tenías que dar palmas, empezaron a orar. Hasta aquí todo muy entretenido. Por relacionarlo con algo conocido, creo que era como la vigilias de Pentecostés donde pasan la noche entera rezando hasta la mañana. Todos se cogen de las manos y dice el líder de ese momento: Oremos.
De repente empiezan todos a repetirse sus propios rosarios particulares. "Aleluya al Señor" "Amén" "Bendito el Señor"... todo esto entre aspavientos, saltos, gritos... hasta algunos alcanzan un cierto nivel de catarsis y empiezan a llorar, saltar o arrodillarse y clamar rompiendo el círculo. Si hay un Dios, seguro que sabe las palabras que corrían por mi mente y tarados debió ser la más linda. Con mucho respeto, eso sí. Cuando digo tarados lo digo en el sentido de que bucles que me impiden pensar en algo verdaderamente profundo o interior a mi personalmente me aburren, pero es algo que creo todas las religiones tienen. Tal vez el tarado soy yo que no llego a enunciar ninguna secuencia de palabras inconexas y con significado dispar unidas por un solo "Meus Deus" como ligazón.
Se acabó la primera de las varias sesiones de juntar las manos y chillar el nombre de Dios.
Esta pastora invocó a otro pastor en la sala, y este a otro, y a otro... cada uno contaba su historia y predicaba.
Pongo ejemplos.
  • Una pastora comentó cómo una feligresa le llamó para que le orara y que sacaran a su marido de la cárcel que le habían llevado preso por la mañana. Por la tarde él ya estaba en casa. Alabado sea el Señor que obró el milagro. (En España no se puede retener a una persona más de 48 horas por ley, llamémosle milagro del poder legislativo, perdón Poder Legislativo, porque le estoy confiriendo la cualidad divina)
  • Otro pastor le paró la policía para ver sus papeles. No llevaba sus papeles encima y le llevaron a comisaría. El pastor pidió que le llevaran a Bruselas donde vive. Le retuvieron y oró. Dios le dio la libertad (o el Funcionario -ya no me molesto en ponerlo en minúsculas- que envió la ficha policial del sujeto a la comisaría.
  • Otro pastor había orado durante 40 días para que su hija volviera a hablar con él. Su hija se había ido a Málaga y no quería comunicarse con él. Ahora le ha dicho que le quiere y que quiere volver a casa. Dios obró el milagro (o Zapatero no logrando disminuir el 30% de paro en Málaga en la temporada de invierno)
Para mi el pastor clave fue el que pasó uno por uno por todos los de la sala. Este iluminado había visto la nueva Jerusalén porque Dios se la había mostrado. Me preguntó a mi que si ya me había hablado de ello. A ver, pimpollo, que es la primera vez que nos vemos en la vida ¿cuál va a ser mi respuesta? Pues eso, que si lo ibas a contar de todos modos, ahorrate dirigirte a mi persona. Nos contó lo bonito que era todo de cristal, y también que había tenido una visión de todos y cada uno de nosotros. Ahí es donde me dieron ganas de hacerme la señal de la cruz y echarme a reír. Llegó mi turno. Resulta que él había visto que el miércoles pasado me estaba dando un ataque al corazón y Jesús acudió en mi auxilio porque tenía las arterias obstruidas. Yo estaba allí para orar en agradecimiento por este hecho. No sé si me vio la cara pero rápido pasó de mi. Fue mi cara de estupor o la que decía eres gilipollas. Ni ataque coronario ni niño muerto. Vio mi complexión y asoció las enfermedades típicas belgas para este tipo de complexión. Lo que él no cuenta es que llevo 2 ó 3 meses sin comer patatas fritas. No habré tenido fregadero pero no he comido demasiadas cosas grasientas y bebo vino en algunas cenas.
El resto de comentarios supongo que los sacaría de las confesiones o de anteriores reuniones. Lo cierto es que no me interesa, pero a partir de ahí no pude mirar toda la oración si no como un circo de una pista en el que olvidaron los animales.
Otra pastora empezó a ver. Dios le decía que en la sala había alguien con un familiar que estaba mal. No sabía el grado pero estaba mal (anda que vaya flema tienen). Dios luego le decía que había una persona que estaba algunas veces arriba y algunas veces abajo... los feligreses levantaban la mano cuando se veían reflejados en alguno de los comentarios y hacían confesión pública o simplemente reconocían el hecho, y todo esto jalonado de aleluyas y gloria a Deus. Incluso tuve una sesión de tocar la cabeza a una mujer hasta desvanecerse. Según la pastora se le había revelado que el demonio se le estaba metiendo en forma de remolino en el oído.

Había tantos aleluyas que a veces no se entendía lo que decían. Tampoco tenía porque tener que ver la interjección con el comentario. Un ejemplo que no es preciso pero que podría ser bastante parecido a la realidad. El pastor comenta "y estaba Pedro aleluya paseando aleluya al encuentro de Dios aleluya gloria aleluya" Terminar una frase tomaba más tiempo que a Chiquito de la calzada acabar un chiste. Pero ellos no tenían ninguna prisa. Orar a Dios está por encima de sus responsabilidades y relaciones sociales.

Algo así es lo que viví pero estos mejicanos parecen más organizados cuando lanzan sus aleluyas

Al final he aprendido algo. La Biblia que usaban es la Nueva Biblia de Jerusalén. No tenía ni idea de la existencia de algo similar. Una feligresa me contaba que contiene 14 libros menos que la Biblia Católica (¿entonces no sois católicos? ¿qué sois?). He dejado el link de wikipedia para quien tenga curiosidad.

La gota que colmó el vaso fue cuando uno dijo que estaría bien tomarse un café y uno de los pastores replicó que no podía ser
  • ¿Porqué?
  • Lo dice la Biblia.
  • ¿Dónde?
  • Dice que no hay que tomar drogas.
Si esta gente considera la teína, la cafeína la teobromina como drogas, no te quiero contar lo que pensarán de mi idea de fabricar mi propia cerveza.

5 comentarios:

Lorena dijo...

JAJAJA. Me reído mucho con esta historia. Hasta me he imaginado tus caras!!!
Respecto "Sí, conozco a una persona que ha dejado un trabajo fijo, seguro y bien remunerado por irse a las misiones. Obviamente el concepto de lo que le llena la vida y el estómago para uno difiere a la de otros." te diré que yo también conozco a alguien én esta situación que hace dos años se fue. Es alguien a quien quiero mucho mucho mucho, y fue un golpe para mí que se fuera.
Por suerte para mí (sí, en esto sy egoista) vuelve de aquí a una semana. Estoy que no me lo creo...

Anónimo dijo...

hilarante...me he reido mucho, 1besote

chafan dijo...

Me parto. Yo de coronarias ya entiendo algo, y lo que sé me lo enseñó un profesor que es capaz de mirar a 19 personas a la cara e ir diciendole a éstas quién está estreñid@ y quien no.

Por otra parte, no sabía que existía una nueva biblia... imagino que en ella seguirán crucificando a diestro y siniestro.

Anónimo dijo...

Puede parecer chistoso; sin embargo me parece que es una falta de respeto a las creencias de éstas personas. No deberías ir a éste tipo de eventos si luego irás a casa a escribir un artículo que titulas "una experiencia religiosa" para en el contenido solo expresas que te has divertido mucho porque has venido del círco. Imagino como se sentirán las personas que te invitaron.

Correcaminos dijo...

Reconozco que cuando lo escribí llegué a pensar lo mismo que tu, querido anónimo.
Lo cierto es que tienes razón, pero no he tratado de expresar cómo lo viven ellos si no cómo lo vivo yo. Recuerdo que cuando estuve en India me dijeron ¿Cómo se puede adorar a un dios que muere a manos del hombre? es ciertamente ridículo.
Respeto las creencias pero me rio de la religión. Eso es amplio de explicar y es la manera más fácil de meterse en un jardín para no poder salir, pero voy a intentarlo. Las iglesias se fundan con la intención de propagar ideas. Para propagar esas ideas usan métodos variados. Cuando una persona sigue los métodos sin plantearse qué hay más allá, me parece aceptable pero no es mi estilo de vida. Entre otros métodos está el rosario: la repetición continuada de un bucle de ideas hasta que se queda grabada en la conciencia y no se duda de su veracidad (islamismo, budismo, cristianismo, judaismo tienen alguna cosa similar al rosario). La expresión continuada de esta idea frente a otros en los mismos términos me hace llegar a ese mismo pensamiento: no es concepto propio si no concepto colectivo y la colectividad me acepta.
Por otra parte también puedo pensar que soy yo el ofendido cuando me invitan a un sitio donde varias personas pueden hablar con Dios y Dios les habla de mi. Además les habla de lo que no me sucede en lugar de lo que me sucede. No les habla de mis dudas sobre su existencia en sus términos y les ilumina para que den las palabras justas. A Dios no le ha importado que me condene en la eternidad al "condenarles" a ellos, pero se preocupa de mi vida terrenal. A mi me preocupa un Dios que no se preocupa por la salvación de un alma. No quería ponerme tan transcendental en el artículo ni mentar a San Agustín o Santo Tomás, que son más de mi cuerda, y que como son santos parecen denostados por ciertas tendencias.