domingo, 28 de agosto de 2011

Los cenotes

De Ek Balam volvimos a Valladolid para tomar la carretera principal.Saliendo por la calle 39 vi una señal tra tráfico que señalizaba la dirección hacia Mérida, con tan mala suerte que la flecha señalaba el carril contrario. Pensando que era via de dos direcciones seguí por el carril hasta que me llamaron la atención. Una garita de policía estaba allí colocada estratégicamente para ver toda la maniobra.
Me pararon, me pidieron la documentación y me preguntaron por la matrícula que tenía desaparecida. El policía me dijo que, o pagaba allí o se llevaban mi carnet a Mérida y, al día siguiente por la mañana, debía recogerlo en el edificio del Gobierno Civil. No quería perder más tiempo ya que aún no tenía maleta y todavía me quedaban varios paseos al aeropuerto. La multa al cambio rondaba los 300€ si no mal recuerdo y cuando discutí este hecho con mejicanos que fui encontrando durante el recorrido me dijeron que había sido excesiva la mordida.

Tal vez pude haberme escaqueado tomando la calle 42 hacia Chichimila donde se encuentra el cenote X'lakaj, a 8 kilómetros de Valladolid, y luego haber tomado la ruta hacia Tekom y volver por Dzitnup y Samula. Como idea original y con el calor que hacía, gustaba la idea pero nos habían comentado que el primer cenote había sido clausurado por el alcalde basado en que se ejercía la prostitución y se vendían drogas. Dentro de la ciudad está el cenote Zaki que no visitamos por llegar demasiado tarde y salir demasiado pronto.

Los cenotes Dzitnup y Samula son más conocidos e incluso vimos algún autobús que había llegado allá con turistas. Ambos ofrecen el agua transparente y fresca junto con el ambiente de semioscuridad que tan de agradecer es bajo el sol yucateco. Ambos están junto a la carretera, uno frente al otro a escasos 500 metros. La decisión es complicada. Finalmente nos paramos para deliberar en cual entrar mientras comíamos unos deliciosos y baratísimos tamales que compré a la salida del albergue a las 8 de la mañana.
Unos niños se nos acercaron pidiendo limosna. Mi discurso fue siempre el mismo "¿Pero no tenéis que estar en la escuela?" La respuesta era siempre si pero nuestros padres... "nos obligan" "necesitan que trabajemos" y variadas escusas a las que solía responder "si os doy algo vuestros padres os seguirán mandando aquí en lugar de a la escuela" A lo largo de todo el camino preferí las propinas y la caridad entre adultos, si bien la mordida del día me tenía especialmente reticente a dar ese ni un solo peso que no debiera.



Entré en el cenote Samula. Un hombre a la entrada cobraba una cantidad no muy grande pero como Walter pagó no lo tengo apuntado. Varios jóvenes se lanzaban desde un puesto alto mientras los bañistas disfrutábamos de la caverna con sus raíces colgantes, sus aves que entraban chillando por el hueco de la sima y de la tranquilidad de una aguas plagadas de pececillos que hacían una limpieza de piel. Un baño refrescante junto con Walter y a seguir el trayecto.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Sencillamente ESPECTACULAR!, si que te salió bien caro el paseito...corruccción uuff!

Anónimo dijo...

Quitaré tu blog de mis preferidos si no escribes más de seguido. Me gusta como escribes y todos los días reviso en búsqueda de algo nuevo. Pilas amigo! o no hay mucho que escribir?.