martes, 13 de septiembre de 2011

Escribiendo

Me apetece responder a un anónimo que tiene toda la razón. No escribo tanto como debiera o pudiera. Tengo dos o tres pilas de papeles esperando a ser transcritas, interpretadas, traducidas y maduradas por mis neuronas.

Ayer tenía planeada una entrada. Cuando llego al tren me doy cuenta que no tengo la cartera. Por suerte no me tocó pagar el viaje y encima con recargo por un problema fortuíto. Así que llegué a casa y busqué bien aunque sabía que no estaría.
Me fui a la estación. De una fila me mandaron a otra para objetos perdidos. Tras dar la descripción y comprobar, no estaba, pero lo peor es que tampoco encontraban los detalles de mi bono anual dentro de su base de datos. El duplicado de mi abono no llegó pero eso no significa que no me gastara el dinero que hubiera sido para el duplicado, ya que esta mañana tuve que pagar el billete de tren. Se me pinchó la bicicleta el viernes por lo que no voy a poder ir al trabajo en bicicleta y, de paso, el tiempo que tuve que hacer de más en el trabajo impidió que empezara una entrada la semana pasada. Del rato que me tuvieron comprobando, las personas detrás de mi perdieron la paciencia e intentaron iniciar su solicitud, lo que todavía lió más al hombre y tardamos más tiempo. Al final me mandaron a la web de los trenes para que lo denunciara através de su página.

De ahí a la policía de la estación. Esperar otro poco y, como vivo en Amberes, me dirigieron a la comisaría de mi barrio.
Por el camino hice la compra. Tuve visita de una amiga desde Irlanda el fin de semana y no tuve tiempo por lo que mi nevera sólo lucía los quesos que compré la semana anterior con otra visita que decidimos ir a Gouda. De esta visita no haré más comentarios ya que no salimos de Bruselas aunque tal vez merezca una reseña futura el Museo Magritte.

En la estación de policía otra espera. Me dio tiempo a leer papeles sobre cursos para aprender a andar en bicicleta, denuncias de agresiones... un poco de práctica ya que he vuelto a clases de holandés martes y jueves (lo cual implica que hay otro par de días que no voy a actualizar y, tal vez, tampoco miércoles porque es evaluación contínua y tenemos que presentar todos los ejercicios para casa). Cuando me atendieron me insistieron en el hecho de la desaparción y no robo. Todos sabemos que fingir robo tiene sus ventajas. Te dan un papelito que es válido y que justifica que vayas sin documentación. La pérdida... traiga 4 fotos y prepare 20€
-  Pero mañana voy a ir indocumentado.
-  No se preocupe. Por uno o dos días no pasa nada.
Volví a casa intranquilo porque tengo un vuelo en el que he dado mi número de carnet como identificación. Si es Ryanair sé que me tocaría pagar porque no admiten otra identificación que no sea la que has puesto en tu solicitud de billete. En mi pasaporte está incluído el número de carnet de identidad y, por suerte, la ida la hago con otra compañía en la que probaré mostrar mi pasaporte, a ver si me ponen pegas.

Llegué a las 9 a casa. Un poco de charla con mi compañero de piso mientra preparaba una hamburguesa con comino, cúrcuma y pimienta y, cuando me quise dar cuenta, tuve el tiempo de hacer dos llamadas que tenía pendientes mientras dejaba que la digestión avanzara un poquito y a la cama, que me levanto a las 5.

Ni entrada en el blog, ni cine ya que quiero ver "Habemus Papam" de Nanni Moretti, ni nada de ejercicio. Sensación incómoda de día perdido.

Lo siento por mis lectores pero me alegro de que mi vida esté llena de visitas, pérdidas de carteras, pinchazos, películas y diferentes cosas que luego pueda contaros. Sólo pido paciencia.

Al final la cartera se cayó en el trabajo y la he encontrado esta mañana. Buena noticia para un martes y trece ¿no?

1 comentario:

Anónimo dijo...

Buen día al ver que has respondido a mi mensaje. Si sigues así prometo no quitar tu blog de mis preferidos ; o ).
Qué bueno saber un poco de tu vida.
Besos.