jueves, 9 de febrero de 2012

Escher hasta la eternidad

No me he complicado mucho en crear el título. Hace tiempo visité el museo Maurutius Cornelius Escher en La Haya. No estaba en la agenda. De hecho llovía y el plan de visitar Madurodam no resultaba tan atractivo. Mirada rápida al mapa y, de repente, aparece como de la nada la referencia a este museo.

Comimos algo rápido y entramos. El trabajo de Escher ya me era familiar. Recuerdo que sus dibujos no me eran desconocidos pero fue un día, hablando con Pepe, cuando tomé conciencia del nombre y de la obra.

Creo que hablamos sobre este diseño en concreto.

El entorno es una casa palaciega que la Reina Madre Emma compró en 1896 y en el que se estableció el 1 de marzo de 1901. Hasta su muerte en 1934 este fue su palacio de invierno. Hasta 1991 trabajaron en este palacio las tres reinas que la sucedieron, Guillermina, Juliana y Beatriz, la actual reina. Para hacerse una idea de la decoración de la época, se han colocado en los que fueron aposentos reales de la planta baja y el primer piso, grandes fotos en los vanos de los ventanales. En otros puntos hay información como en el salón verde, la sala de baile o el dormitorio de Emma.

El caso es que mi hermana, a la sazón mi acompañante, es profesora de matemáticas. Estuvo explicándome que tomaba algunas de sus imágenes para explicar matemáticas.
La obra de Escher hace referencia a dos grandes temas: la eternidad y el infinito. En sus creaciones lo encontramos repetidamente.
Para la eternidad nos muestra conceptos clásicos del mundo de las artes plásticas, como la naturaleza y la perspectiva. De hecho en una de las últimas salas se puede jugar con unos escenarios en perspectiva y con la multiplicidad de imágenes pero no nos dio tiempo. El infinito encuentra su expresión en la teselación (división regular del plano) y otras representaciones matemáticas.

La exposición es muy completa. Cuadros y aguafuertes desde sus primeros a sus últimos trabajos, incluyendo piezas emblemáticas conocidísimas del autor o la representación del mural de 7 metros "Metramorfosis III". En las vitrinas se pueden ver fotografías personales y la exposición sigue un orden cronológico, por lo que se aprecia muy bien el cambio entre sus momentos de obsesión por la imagen con los de la obsesión por el espacio y el infinito.

Yo diría que es recomendable la visita para aquellos que se hayan ya visto atraídos por su obra. Tengo que decir que, además, dejan hacer fotos sin flash.

2 comentarios:

Marta dijo...

Tengo un link mejor, para ver las teselaciones de Escher:
http://docentes.educacion.navarra.es/msadaall/geogebra/escher.htm

Pepe dijo...

Escher siempre ha sido una obsesión para mí, desde muy pequeñito. Cuando iba a la escuela de arte intenté imitar algunas de sus ideas, pero el resultado fue catastrófico.
Me alegro de haberte servido de inspiración, camarada.