martes, 12 de diciembre de 2006

Páginas perdidas



Para quienes me conocéis cuando he ido de viaje, sabéis que llevo una libreta. Ya he perdido 3 libretas por el mundo, y esta va aguantando.
Se ha desprendido en este último viaje la segunda página que contiene un pequeño amago de poesía de este escritor frustrado.





Cuando sientas que me pierdas
Cuando sientas que me voy
uno de esos miles de besos
entregados al aire del sin tener,
que el querer quiere que vuelen
en corrientes ocultas,
sin teléfonos rotos,
más allá de la superficie
donde la sangre del golpe
emocionado sigue fluyendo.
(Parado) en el camino
la autopista sin atascos
de calzadas estrechas
y obras perpetuas
para ese Mercedes tuyo
que al compás del Do Mayor
marca el ritmo de un latido más.

Cuando sientas que me voy
cuando sientas que me quedo
una de esas miradas a la luna nueva
cansado de buscar lo oculto,
que el tener lo tiene dentro
en corrientes ocultas,
con la mano en el hombro,
el susurro en el oído,
esmeraldas y zafiros
lacrimean su pena
y limpian la tierra que les cubría
de los valles fértiles
de las siembras fructíferas
a repartir entre nosotros.

Cada día voto nuevamente por ti
para que cada año te traiga lo mejor.


Estaba recordando... fue uno de mis dos regalos de cumpleaños a Stephanie. Hoy, seis días después de que cumpliera un año más, una página perdida quiere realmente perderse. Papelera.

Iréis conociendo a Stephanie conforme se vayan desprendiendo las páginas de mi cuaderno de bitácora, pero, sobretodo, me ireis conociendo a mi.

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