lunes, 11 de diciembre de 2006

Sou teu cabide

No es muy normal empezar por el final, pero "endings are just beginnings", así que voy a inaugurar este espacio con unas líneas que, tal vez, sólo una persona comprenderá en todo su sentido.

Sou teu cabide pejiguero sobre o qual
penduraste as tuas penas, tuas glorias, teus sensabores, tuas alegrias, tuas
tristezas…todas suportada nos teus ombros, presas dos meus braços. Só
esquecestes que as penas com pão são menores. E ainda que não desses de comer a
cada lagrima que caiu no prato, tenho certeza de que depois de um tempo a sal
fica esquecida e a água continua livre, evaporada, boiando no ar, livre da sua
carga
.


Esto continúa, pero lo dejo aquí para todos.

Son las 3 de la mañana. Estoy cansado y creo que hasta febril. He venido con la sensación de tener la garganta inflamada y el oído izquierdo tapado, signo de posible resfriado, pero mi cuerpo lo ha estado evitando para sacar lo mejor del viaje.
He venido de Cáceres y Elvas. Ha sido un bonito viaje que iré dando por entregas, ya que hay varias cosas que me han llamado la atención y requieren paradas una a una, desde el día previo y mis dificultades con RENFE, mi primera vez (en pisar suelo portugués), las gentes con las que me crucé y lo que estas me ofrecieron.

Sólo decir, por bien empezar lo que bien ha de andar, que debo agradecer a Sergio Casado que me haya insistido tanto en hacer este blog. Todos los que estais cerca mío sabéis lo importante que me resultan la comunicación y las palabras. Soy más de encuentros que de relaciones a distancia, pero ambos son complementarios.

Un abrazo y empezaremos a leernos.

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