martes, 12 de diciembre de 2006

Y sin embargo cada día

De una conversación con una mujer musulmana:

Marina: ¿Lo dices por lo de las cuatro mujeres que marca la tradición?
La primera suele ser fruto de un matrimonio arreglado entre familias. La segunda
mujer, unos siete años más tarde, suele ser el verdadero amor del hombre. La
tercera se hace necesaria para moderar la pugna entre las dos primeras, y la
cuarta, en plena crisis de los cincuenta, no es, por lo general, más que un
capricho sexual, una jovencita atractiva para satisfacer un instinto en
crisis.

- ¿Cuál de ellas te gustaría ser a ti?
- Por lo general ninguna, pero a veces me conformaría con ser
alguna de ellas. Las mujeres somos así y tenemos un instinto de sumisión más
fuerte que nuestra propia razón. Yo estoy separada de mi marido porque me
compartía con otras, pero muchos días me siento tan sola y vulnerable que
necesito un hombre que me quiera a mi lado a cualquier precio.


La necesidad de cariño hace vender la piel muy cara a veces, y otras somos más fuertes y no vendemos ni por el más puro oro del mundo. No ella. Todos. A veces quiero escuchar a mis amigos para que mi cariño sea más caro o repartirlo con los que me quieren, cuando eso me falta empieza a bajar el valor hasta cambiarlo por un vaso de agua.

Este texto tiene más lecturas pero hoy me quedo con esta porque creo que los últimos días es algo que me ha estado afectando. Nota aparte tiene la distancia, cosa que me hace recordar que tengo muy olvidada a mi Nerea de mi alma. Que estos pensamientos queden dedicados a ti.

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