sábado, 6 de enero de 2007

Banderas de nuestros padres


Acabo de ver la primera cara de la moneda que Eastwood/Spielberg nos han querido ofrecer, y no me ha decepcionado. He de decir que tampoco me ha sorprendido ya que el guión es muy Eastwood maduro y el montaje es muy Spielberg.
Personalmente recomiendo verla pero sin fervor y os voy a contar un par de cosas que me han parecido interesantes tratando de no destripar nada, y sin hacer crítica expresa del film.

La primera es el personaje que encarna Adam Beach (el indio) que es el paradigma de héroe al que quiere enfrentarnos el guión a mi parecer, mucho más que el doctor que es quien narra la película. Enseña como la sociedad trata a los héroes que no mueren y cómo se crean los héroes. Me vienen a la mente héroes sociales derrotados como Anqueteuil o Pantani en ciclismo, pero la prensa los crea y los destruye día a día, por lo que estos nombres son extensibles a todo el espectro social.

La segunda es dónde se vence la guerra. Cuando el imperio español sitió París bajo el reinado de Felipe II (creo que para el 1590, pero seguro que alguien me corrige) los tercios españoles se retiraron por falta de pago. Su padre fue más pillo y para el 1530 mandó instigadores a las tropas diciendo que la culpa del impago se debía al Papa y que las tropas podía saquear Roma a cambio de las soldadas que se debían. La falta de inversión fue también en gran parte la culpa de la decadencia española hasta acabar con el sitio estadounidense a La Habana donde los barquitos españoles no pudieron hacer otra cosa que hundirse ante los acorazados norteamericanos.

Seguro que ha habido más guerras perdidas por la falta de inversión, pero he querido llegar al desastre del Maine porque en este hecho confluyen las claves de la guerra moderna: prensa y dinero. EEUU ha vencido en Granada, en Panamá... en todos los sitios donde la prensa le ha apoyado o ha callado. Se retiró de Vietnam y se está jugando la presidencia en Irak, lugar del que se van a ir sin victoria y con una buena parte de la prensa en contra de la actuación presidencial.

¡Viva Peregil! ¡Viva los lugares sin interés económico! ¡Muera la prensa manipuladora!

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