viernes, 26 de enero de 2007

El espíritu de las leyes.

Conozco a una persona con una casa en Fago. Ha sido inevitable sacar el tema del asesinato del alcalde y, de paso, la mala fama que le han puesto en televisión y radio.

Esta conocida puntualizaba "No es que fuera malo, es que hacía cumplir las leyes."

Pues si la norma es mala, se debate y se elimina del consitorio, pienso. En una población de 37 habitantes debería ser fácil, pero no lo es y otra experiencia que tuve me lo aclara. Hace un tiempo bajaba del Pirineo y tuve que hacer autostop. Me recogió el doctor de un valle del pirineo y me llevó hasta Jaca. Me explicaba que cuando llegaba a un pueblo, no se podía meter al bar porque el bar era de una facción de habitantes y si entraba se entendía que estaba con ellos. Lo mismo pasaba si entraba en el ayuntamiento. Con todo ello, sólo podía hacer las visitas de casa en casa, y ver si se necesitaba algo.

Cuando los intereses personales están por encima del espíritu de las leyes lo único que se consigue es desencanto.
El espíritu de la norma que dice no regar las plantas del balcón entre las 8 de la mañana y 10 de la noche pretende no mojar al paseante, pero si riegas a esas horas en invierno en un pueblo del Pirineo puedes helar las raices, por lo que lo tendrás que hacer de día... O una multa o se mueren las plantas. Prohibido tener cestos en la ventana o 300€ de multa ¿Tiene miedo a que se lo tiren a la cabeza?

Es obligado cumplir las normas, pero no creo que sea el artículo preciso a lo que haya que mirar, sino a ese trozo previo que nadie lee, al menos cuando lo estudié, y que una vez leído se entiende bastantes veces lo que nos van a contar a posteriori. El espíritu de las leyes si está bien redactado es mucho más interesante que los tochos que algunos se empeñan en aplicar.

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