martes, 10 de febrero de 2009

El castillo de Gante

Hace ya 2 años, en abril, pisé por primera vez Bélgica. De aquel entonces guardo alguna foto que no es típica del castillo y que tal vez os ilustre lo que se puede ver dentro. La tarifa de la visita creo recordar que cuesta 7 euros y hay que sopesarla.
Nosotros fuimos entre semana. Un montón de grupos de adolescentes y niños pululaban por entre los restaurados muros del castillo. Tras la segunda guerra mundial, con todo el dinero de la reconstrucción de Europa, a alguna mente lúcida se le ocurrió recuperar un castillo que más que ruina eran despojos de piedras según se ve en alguna foto de la escasa exposición de la entrada.
Se entra, se paga, y hay un circuito con notas aceptablemente colocadas. Tuvimos que saltar, pisotear y esperar hordas de niños en cada recoveco. Me llamó la atención que, dentro del castillo, hay una sala de tortura y la visita está preparada para que los profesores que lo consideren necesario salten esa sala. Supongo que a los padres no les avisan. Personalmente esa sala no me interesó mucho. La otra cosa que no pasa desaprecibida es que hasta cierta edad disfrazan a los niños y parece que eso les ayuda a estarse más calladitos y metidos en materia.

Mejor dotada está la colección de armas y armaduras. Allí merece pararse un poco y poder apreciar la evolución de picas o armaduras. Sin embargo, no hay nada como la vista desde la parte superior del castillo. Se puede apreciar todo Gante.
La vista desde la calle también es imponente, pero esa la podeis encontrar en muchos cuadernos para turistas así que no la incluyo entre mis fotos.

La valoración final es que, si hay tiempo, se puede visitar. Si después de casi una hora de visita tienes prisa, hay que ignorar los bajos del edificio. He de recordar que estuvimos una hora con varias paradas por la chiquillería que tropezaba contra nuestras rodillas y nos libramos de algún cabezazo en los huevos por los pelos, por lo que cuento que la visita puede durar algo menos.

1 comentario:

Anerol dijo...

Gante.... me quedé con las ganas... a veces hay que renunciar a algunas cosas por tal de poder disfrutar de otras. Dicen que nunca es tarde pero aún es demasiado pronto, aun sabiendo de alguien que quiere visitar Bélgica y quiere que yo le haga de guía. A día de hoy complicado por no decir imposible.
Sigue viviendo y disfrutando en la medida de lo posible, pero no dejes de enseñarnos esos rinconcitos...
Besos