jueves, 26 de febrero de 2009

Creo que me llegó tarde la inspiración

Tras 2 semanas con tanto lío en la empresa y pensar tanto en las visitas, al final me salió el típico sarpullido sobre la nariz que tengo cuando me estreso.
Hoy me he levantado con ojeras pero sin sarpullido. Por fin me he relajado. Ahora vuelvo a ser "persona" y este fin de semana me voy de cervezas con mi amiga Berenice.

Me ha costado pero me he dado cuenta de una cosa.
Durante la guerra de Vietnam, en 1973, un portaaviones norteamericano explotó llevándose consigo 300 vidas. La investigación posterior halló el problema. Durante los despegues había un botón que retrasaba los vuelos, pero cuando lo quitaban, los aviones podían salir más rápido. El botón en cuestión activava un circuito eléctrico que de otro modo permanecería sin electricidad. El día del accidente, la acumulación de electricidad estática por el encendido de los motores de los aviones hizo contacto con este circuito desencadenando una primera explosión. La explosión llegó a los aviones que, llenos de combustible, empezaron a reventar. Ahí no fue el mayor número de víctimas, si no las del interior de la nave, puesto que las bombas de los aviones comenzaron a caer sobre la cubierta y los pisos inferiores.

Con esto quiero decir. Hay veces que tocas una cosa incorrectamente y a destiempo porque tienes prisa en solucionar las cosas. Al final, lo único que logras es hacer la mayor tontería de tu vida. Todo tiene su tiempo justo. No hay que acelerarlo, se deben guardar las formas y la seguridad. Esta semana me he dado cuenta que tanta preocupación a lo único que lleva es a que, de alguna manera, esté más cerca de tocar ese botón equivocado.

Por la sangre de Cristo sobre la que impuse las manos este fin de semana, espero tener fuerzas en los momentos que quedan porque esto no ha hecho si no que empezar. No sé si realmente ya he hundido algún barco o si puedo salvar algo de la tripulación, pero de vez en cuando conviene recordar estas lecciones hace tiempo aprendidas y pocas veces refrescadas.

Ilustrando estos comentarios he incluído una de las vidrieras de la Basilica de la Santa Sangre de Brujas. Si se siguen las vidrieras y las pinturas de la pared, se puede observar la historia de la santa reliquia. La primera vidriera es para no olvidar. Aparece Pere de Maluenda desenterrando la reliquia. He hecho una búsqueda en Google y no hay nada sobre este personaje. Estaría bueno que esta fuera la primera entrada que se hiciera en la red :)

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